La Mar de Músicas: «Niño de Elche», «Los hermanos Cubero» y «Amaia»

«Niño de Elche», «Los hermanos Cubero» y «Amaia»

 

El pasado viernes 26 de julio hacía un calor atroz en Murcia capital, así que nos montamos en el precioso Smart Forfour heredado de mi hermana y nos lanzamos a la carretera para llegar al magnífico festival estival y costero que no era otro que la XXV edición de La Mar de Músicas. Mientras subíamos el Puerto de la Cadena reflexionamos sobre esta interesante propuesta de festival: conciertos separados con entrada propia para cada uno y en diferentes espacios míticos de la imperial ciudad de Cartagena, cada año dedicado a un país (aunque sin abrir las puertas a artistas nacionales e internacionales) y una organización fantástica (a pesar de lo que cuesta subir a lo alto del Parque Torres). Nos parece una propuesta fantástica, pues puedes elegir los conciertos que te interesen y desechar los que no.

 

 

Llegamos temprano al precioso patio del Antiguo Cuartel de Instrucción de Marinería (hoy facultad de Economía y Empresa). Un espacio enorme que albergaba a cientos de personas expectantes de que apareciera el Niño de Elche en el escenario. Y no se hizo de rogar, pues a las 21:30 salía acompañado de un percusionista, un guitarrista (tanto de española como eléctrica) y una teclista. Se trata de una figura que ha ido trabajándose una dilata reputación en el mundo del flamenco más arriesgado e innovador. Como él mismo argumentaba, los críticos del flamenco puro no escatiman en insultos hacia su carrera y su persona (incluso diciendo que sus seguidores no tienen criterio ni idea de flamenco). Pero, la verdad es que la propuesta modernizadora del flamenco del ilicitano Francisco Contreras Molina es un proyecto de lo más curioso interesante. Esta vez presentaba íntegros los temas de su último trabajo: “Colombiana”, un mestizaje “de ida y vuelta” entre los cantes de Latinoamérica y los de España. Empezó el show con los psicodélicos “Tangos de la Ayahuasca”, con un arpegio de guitarra que activó nuestras mentes y nuestros oídos. Después interpretó las “Cabales Americanas”, que hacen mención a la huerta de Murcia. Tampoco se hizo de rogar la famosa nana de “El Muermo”, que fue el single presentación de este álbum, con gritos de desesperación de un hijo a su madre y percusiones tribales. Después se sucedieron una serie de canciones como “Flor-canto”, “Los Esclavos”, que hicieron conectar con el público al máximo nivel. El éxtasis del espectáculo llegó al final con el triple ataque de: “Ni Chicha ni Limoná”, “El pregón de los caramelos” y las “Peteneras Mexicanas”, unas canciones que realmente son de lo mejor del álbum, y que mejoraron al sonido de estudio con un directo casi místico. En cuanto terminó, nos fuimos corriendo al Parque Torres, lugar que tiene unas vistas privilegiadas de la ciudad de Cartagena. El acceso al mismo, todo sea dicho, no estaba muy bien señalizado y tuvimos que dar unas cuantas vueltas, hasta que por fin encontramos el ascensor que nos dejó justo al lado de la taquilla, porque Los Hermanos Cubero estaban empezando.

 

 

Se trata de un grupo formado por los hermanos (como bien indica el nombre) Enrique (guitarra y voz) y Roberto (mandolina y voz) de La Alcarria (Guadalajara). Su interesante propuesta folk mezcla a la perfección lo mejor de la tradición sureña norteamericana con el folclore patrio de la meseta. Seguidillas, jotas y fandangos que acompañan con una guitarra acústica y una mandolina que hace verdaderas virguerías melódicas. Las canciones versan sobre la vida en el campo, los pequeños placeres mundanos y las tradiciones. Sin embargo, en 2016, un hecho trágico marcó el devenir de esta interesante banda: falleció de cáncer la mujer de Enrique, y desde entonces las composiciones se han tornado más oscuras y el recuerdo de su esposa impregna la mayoría de los temas que han compuesto desde entonces: “Quique dibuja la tristeza” fue el álbum que vio la luz en 2018 y que presenta canciones tan profundas como “Tenerte a mi lado”, “Lo que ni yo soñara” o “El tiempo pasó”. No obstante, tampoco podemos olvidar las canciones míticas de este dueto como “La calle abajo” o “En la Alcarria para siempre”. No faltaron las sorpresas con la aparición estelar de Amaia Romero en la última canción, colaboración de excepción que cerró la actuación de los hermanos de manera magistral, y que dejó el terreno preparado para lo que venía después.

 

 

Dentro del ciclo de conciertos de la jornada del viernes 26 de la XXV edición de La Mar de Músicas, y como broche final, se encontraba la esperada actuación de Amaia, flamante ganadora de Operación Triunfo 2017. La cita tuvo lugar, al igual que la anterior actuación de Los Hermanos Cubero, en el Auditorio del Parque Torres.

Tras la actuación de los Cubero, tuvimos que esperar unos minutos hasta que por fin salió Amaia (con vestido de María Bernad). Lo hizo acompañada de su banda, que está formada por dos chicos (batería y bajo) y dos chicas (guitarra eléctrica y teclado). Esto insufla un aura especial a esta banda, que tiene una variedad y un dinamismo instrumental que encajan a la perfección con el potente chorro de voz de la pamplonica.

La actuación comenzó con su segundo single “Nadie podría hacerlo” una delicada canción que hizo las delicias del público. Al comienzo, la navarra confesó que se sentía un poco nerviosa debido a que esta era la primera actuación de su gira de verano en la que la gente no estaba bebida sino completamente pendiente del concierto.
El repertorio fue variado y en él se incluyeron canciones propias, como la coreada Un nuevo verano, y luego una de las favoritas de Amaia: quiero que vengas. Sin embargo, en sus conciertos también se le hacen guiños a otros artistas como Luis Miguel, Cecilia, Marcelo Criminal, o Fresones Rebeldes.

 

Redacción: Juan Antonio F. López y Nuria Ortega

Fotos: Juan Antonio F. López

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