Crónica Aspesuena 2018

Aspesuena 2018

El pasado sábado 4 de agosto, Aspe volvió a vestirse de gala, de mano de su Virgen de las Nieves, para albergar, un año más, el magnífico festival Aspesuena. Una cita veraniega ineludible que, año tras año, está afianzándose como uno de los festivales gratuitos más interesantes y que más público ajeno al pueblo congrega. También es de destacar que la gente del pueblo se vuelca con el festival y lo dan todo.

En esta ocasión, el festival se dividió en dos escenarios y dos horarios. A eso de las siete de la tarde, en la plaza de Santa Bárbara, llegamos a tiempo para disfrutar de Rusos Blancos. Este interesante grupo madrileño reunió a bastante gente, muchos de ellos fans que coreaban sus temas. Canciones como Insuficiente, No es tan difícil o Camas y trincheras hicieron las delicias de propios y ajenos.

La siguiente banda que disfrutamos en esta plaza fue la de los zaragozanos Bigott, un potente grupo de rock setentero y psicodélico. Con la fuerza y el carisma de su frontman, puso al público en pie y los animó a bailar como calentamiento para la fiesta que esperaba por la noche. Temas como Cannibal Dinner, She is my man o la bailonga Don’t stop the dance, sonaron como auténticos cañonazos. Mucho guitarreo y muchas buenas influencias rockeras, funkies y blueseras.

Tras la banda maña, subieron al escenario, a modo de despedida de las actuaciones en esta plaza, la pareja Súbete DJs Set, que pincharon auténticos himnos de la música alternativa patria e internacional.

Y así acabó el tardeo festivalero, al más puro estilo de la Plaza del Trigo del Sonorama Ribera, dando paso al recinto anexo al pabellón deportivo. A las once de la noche puntuales, los catalanes The New Raemon, exultantes tras la publicación del gran álbum que firmaron junto a McEnroe: Lluvia y Truenos. Aunque, en esta ocasión estaban presentando los temas de su último trabajo, Quema la memoria, una auténtica delicia para los amantes de la música alternativa en español.

Tras una hora de concierto, los catalanes dieron paso al gallego Ángel Stanich, que se está afianzando como una de las propuestas más interesantes y pintorescas de la música patria, y que está recorriendo prácticamente todos los festivales de la geografía española. Con temas potentes como Un día épico o Escupe Fuego. Auténticos melocotonazos que el público coreaba con fervor. Terminaron con el himno Mátame Camión, una canción perfecta.

Después de este grupazo tuvimos que retirarnos, ya que veníamos de bastante lejos. La noche continuó con los conciertazos de Triángulo de Amor Bizarro y WAS. Prometemos volver el próximo año y aguantar hasta el final, porque este festival lo merece. Hasta el año que viene, Aspe.

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